Una de las creencias con las que
crecemos, es aquella de que si somos lo suficientemente “buenas” personas, nada
“malo” podrá sucedernos. Y es con este frágil concepto con el que nos
enfrentamos a un mundo que no tardará en demostrarnos que eso no es verdad. Que
en la vida, la mayoría de los eventos tienen lugar de forma brusca e inesperada
y que con la lógica suficiente, desde la misma niñez pudo haber sido fácil
darnos cuenta de que “nuestra” bondad o maldad es prácticamente irrelevante en
cuanto a las continuas y constantes sorpresas que nos da la vida. Que no hay
bondad que evite sus bruscas arremetidas.
«Esperar que la vida te trate bien porque
seas buena persona es como esperar que un toro no te ataque porque seas
vegetariano.»
frase de Dennis Wholey:
Hay montones de gente “buena” con
enfermedades inexplicables, o en la ruina. Y otro montón de gente “mala”,
gozando de salud total y nadando en dinero. Y cuando una persona “buena”
observa esto, se pregunta: “¿Y qué pasa aquí? Mira cómo le va de bien a ese
hombre que ha hecho tanto daño”. Razonamiento bastante lógico si se toma en
cuenta la educación religiosa que recibimos. Esta creencia, así como algunas
otras, fueron borradas de la mente de muchas personas, a través del estupendo
libro de Neale Donald Walsh, llamado “Conversaciones con Dios”. En donde Dios
le dice a Neale, que Hitler al morir fue directamente al cielo, lo cual causó
revuelo y controversia entre los lectores, puesto que la gran mayoría, por no
decir que todos, esperábamos que Hitler estuviera ardiendo eternamente en el
infierno.
Ahora la otra pregunta es: ¿Qué es todo
esto que nos sucede de forma individual y colectiva? ¿De dónde viene tanto
dolor para los seres humanos? ¿De dónde vienen esas dificultades experimentadas
por gente “buena”? Porque a estas alturas, tú has visto gente muy noble
atravesando penurias y te has preguntado por qué. Yo durante mucho tiempo lo
hice.
Y es muy simple. Son memorias. Esa
pequeña o gran carga de información con la que vinimos al mundo para
experimentarlo tal como se va presentando, tal como es. Las memorias son
instaladas en la mente y generalmente se van ejecutando durante toda una vida o
durante alguna parte de ella. Todo depende de qué clase de programas se
instalen en el ser humano y de cada cuánto pueda absorberlas para dejarlas ir.
A lo largo de la vida y según la
programación de cada quien, el ser humano va encontrando senderos, atajos y en
ellos señales para superar cada reto. Unos dejarán su vida en ellos, otros los
superarán y con ese conocimiento adquirido, con esa fuerza extra, irán por el
próximo. La señal para algunos es preguntarse, indagar, rastrear, entender,
encontrar.
Mientras que para otros la señal puede
ser hacer silencio, dejarse llevar, no intentar entender, caminar. Y con hacer
silencio no me refiero a la ausencia de ruido. Me refiero a la aceptación de
los sonidos o ruidos presentes. Dentro de ellos, las voces de la mente a través
de los humanos que caminan a lado nuestro.
Ha tenido que pasar mucho tiempo para que
yo me diga:
«No tengo que entender por qué. Sólo tengo
que dejarlo ir.»
Que dejar ir los segundos conforme van
viniendo es vivir.
Y decírmelo ha sido medicamento, ha sido
alivio, ha sido silencio. No tengo que entender por qué. Quizás porque el
entramado neuronal es infinito y jamás tendría la causa real de nada. Quizás
porque así fui programada o porque una parte de la humanidad, como yo, cree que
puede sanar sin necesidad de buscar respuestas. Sólo dejándose encontrar por
ellas.
No
lo sé.
Pero me gusta.
Y acepto.
Y amo.
Y
a cada segundo vuelvo a empezar.
Aunque no parezca.
Aunque no lo esté haciendo, tengo el coraje de
volver a empezar.
«Cada paso que damos ha sido
cuidadosamente aceptado, perdonado y amado de antemano, por la Inteligencia que
nos puso aquí.»
Entonces se trata de cómo percibo al
mundo.
Los “buenos” y los “malos” están en la memoria
de quien así los mira.
Y cuando esto se olvida con justa razón,
y nos peleamos con la vida, pues también es parte del plan divino para que
podamos “jugar”, ya que esto es lo que nos permite re comenzar.
Juguemos pues.
Gracias Vivi Cervera, creo que muchas
personas se identificaran con tu manera de pensar, pues así es la vida llena de
altas y bajas.
Mas entender o no podremos, pero nunca
dejar de intentar……..
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