Si es un duelo podemos elegir enterrar la carta, hacerla cenizas, guardarla… si es algo con alguien que todavía vive podemos releerla y decidir si la queremos enviar o no… si no, podemos hacer lo mismo.
El verbo escrito se hizo sanación…
Así es, la maravillosa herramienta que es la escritura
y que en siglos pasados era utilizada como un arma de poder por unos pocos
(algunos dirán que sigue persistiendo esta situación); y que lo largo de los
últimos siglos han servido como canal de expresión de ideas, ideologías,
fantasía, ficción, belleza, sentimientos, emociones, también puede ser
utilizada como una herramienta terapéutica.
Se ha demostrado que cuando las personas han pasado
por un hecho traumático, que ha sido reprimido, y que las afectan psíquica y
emocionalmente, al confrontarlo con la escritura pueden expresar los
sentimientos y emociones relacionados a dicho hecho, permitiendo así, una
mejora física y mental significativa.
El psicólogo James W. Pennebaker ha investigado
durante los últimos 30 años, lo que se ha llamado la escritura reflexiva o
curativa: “Escribir puede ser una avenida hacia un lugar interior donde podemos
confrontar traumas y ponerlos a descansar, y sanar”. Esta práctica hace que haya
mejoras significativas tanto en el área emocional como física. Cuando uno
escribe lo doloroso de los momentos traumáticos, se liberan ciertas sustancias
químicas, que influyen en nuestro cuerpo y en nuestro estado emocional,
produciendo una gran mejoría en el sistema inmunológico, cardiovascular, entre
otros.
Es importante
saber que hay cientos de maneras de escribir para sanar, aquí se muestran
algunas guías, que cada persona pudiera utilizar, y experimentar por su cuenta
para identificar cual sería la mejor para cada uno de ustedes.
1. Preparándose para escribir:
Encontrar un lugar tranquilo donde no te puedan
interrumpir, que sea hacia el final del día, después de trabajar o antes de
dormir.
Prométase a sí mismo(a) que vas a escribir entre 15 y
30 minutos diariamente, por al menos 3 o 4 días.
Una vez comiences a escribir, no dejes de hacerlo, sin
importar los errores ortográficos y/o gramaticales.
Puedes escribir a mano, o en el computador. Si es muy
doloroso escribir en un principio, use una grabadora.
Puedes escribir sobre la misma situación los 3-4 días,
o puede escribir sobre cosas diferentes. Es tu elección.
2. Identificar sobre lo que se quieres escribir
Situaciones en las que has estado pensando y
preocupándote mucho.
Algo que hayas soñado.
Algo que está afectando tu vida de una manera poco
saludable.
Algo que has estado evitando, por días, meses o años.
3. Instrucciones para escribir:
a) Ejemplo de un método del Dr. James W. Pennebaker y
Sandra Beall:
“En los siguientes 3-4 días escriba sobre sus
emociones y pensamientos más profundos acerca de la experiencia mas difícil de
su vida. Déjese ir y explore dichas emociones y sentimientos.
Cuando esté escribiendo, enlace esta experiencia con
su niñez, la relación con sus padres, las personas que ha amado y ama en estos
momentos; incluso con su carrera. ¿Cómo esta experiencia ha influido es la
persona que hubiera querido ser, la que ha sido en el pasado, y la qué es
actualmente?”
b) Otro método incluye dos fases:
Fase de Catarsis:Teniendo ya identificado el tema o
situación, se hace una especie de catarsis, donde escribimos todos los
sentimientos y emociones relacionados con el tema: la rabia, el dolor, el
miedo, el rencor, etc., que se han sentido en el pasado y aún se sienten en el
presente … Lo más importante es ser honesto con nosotros mismos… se puede
llorar, maldecir, reír, gritar… y pensar que a medida que las escribimos se
alejan de nosotros. Si la escritura se torna muy dolorosa, se puede hacer otra
cosa y continuar al día siguiente. Cuando se sienta que de han desahogado los
sentimientos y las emociones guardadas, se puede pasar a la siguiente fase.
Fase de reinterpretación o reescritura:En esta fase se
relee el texto escrito, se reflexiona sobre el mismo y se trata de ordenar las
ideas. Es necesario evitar los pensamientos irracionales, que ya deberían haber
salido en la primera fase. Si no es así, volver a la primera fase. Al
reflexionar sobre lo escrito, la idea es reinterpretar lo sucedido con un
espíritu positivo, sin autoengaño y coherencia.
Se pueden hacer las siguientes preguntas:
§ ¿Qué pasó, en qué momento, dónde y cómo?
§ ¿Quiénes estuvieron envueltos y cómo pienso que
fueron afectados por la situación planteada?
§ ¿Cuáles fueron mis pensamientos y que emociones
estuvieron involucradas?
§ ¿Qué pienso ahora y cómo me he sentido desde
entonces hasta hoy?
§ ¿Cómo reaccioné y me sentí al actuar así, qué
consecuencias creo que tuvo pensar, sentir y actuar así?
Es necesario descartar los pensamientos que alimentan
el dolor; se trata de sanar. Y para descubrir los aspectos positivos de una
situación traumática, se pudieran hacer las siguientes preguntas:
§ ¿Quién me apoyó?
§ ¿Qué me ayudó a seguir adelante?
§ ¿Qué valores personales me alientan a seguir con mi
proyecto de vida?
La reinterpretación positiva de una situación
traumática a través de la escritura, nos permite indagar sobre otros posibles
significados de nuestra realidad, y nos hace más conscientes de nuestros actos,
y a valorar sus consecuencias, desde otros puntos de vistas.
c) Muchas personas no han tenido grandes experiencias
traumáticas en la vida, pero la mayoría ha tenido grandes conflictos y factores
estresantes en sus vidas, y se puede escribir sobre ellos también.
d) Algunas personas pudieran sentirse, de cierta
forma, tristes o deprimidos después de escribir… Estas sensaciones, normalmente
desaparecen en un par de horas. Si encuentra extremadamente difícil escribir
sobre un tema determinado, simplemente detenga la escritura o cambie de tema.
e) Es posible no querer enfrentar los traumas,
preferir olvidar y no hurgar en la herida; sin embargo, a la larga, el esfuerzo
por inhibir el trauma acaba con la salud física, y tarde o temprano, va a
afectarnos psicológicamente.
4. Qué hacer con el texto escrito
Lo que haya escrito es para Ud. y solo para Ud. El
propósito es que Ud. sea completamente honesto consigo mismo. Cuando escriba,
piense que al finalizar la escritura, botará ese texto. Sin embargo, algunas
personas, guardan sus escritos, y los editan, cambiando lo que escribieron diariamente.
Otras lo guardan para revisarlos más adelante y ver cómo han cambiado. Otros
los queman, los borran, los rompen en pedacitos y los lanzan al mar; o dejan
que se los lleve el viento… Es su decisión si decide guardarlo o botarlo.
Para finalizar, pudiéramos decir que escribir para
sanar, nos da la gran oportunidad de reinterpretar y transcender todas aquellas
situaciones negativas, que se nos han presentado a lo largo de nuestras vidas,
y que todavía pudieran afectarnos. ¡¡La comprensión del aprendizaje escondido
en cada una de ellas, nos permitirá crecer emocionalmente y hacernos más
competentes para disfrutar de la maravilla de vivir con serenidad!!
Fuentes
y otras lecturas:
- James W. Pennebaker : http://www.psy.utexas.edu/Pennebaker.
- Revista Mente Sana – Escribir para sanar –
Manu Rodríguez
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